¿Cómo podría Arduino ayudar a encontrar soluciones prácticas a situaciones nuevas?

Ahora sabemos perfectamente que si una región educativa quiere equipar un montón de centros es más fácil equiparlos con kits de laboratorio que con kits personales; a largo plazo es mejor. Y, por otro lado, Arduino es una empresa europea. Tenemos oficinas en tres países: Suecia, donde estoy yo; Suiza, donde tenemos la oficina de propiedad intelectual; e Italia donde tenemos las fábricas. Además, tenemos gente trabajando en muchos países como Alemania, Dinamarca, España o los Estados Unidos.

Para poner un ejemplo: cuando empezó el confinamiento, en Italia se paró la producción totalmente, pero no la de Arduino, porque había muchísima gente que estaba empleando arduinos para fabricar equipos médicos alternativos.

Se habla mucho de introducir la programación y la robótica como contenido curricular y hay países que ya lo han hecho. ¿Qué  opinas?

Todos tenemos claro cuáles son las capacidades matemáticas básicas, ético-sociales, lingüísticas, etc. Pero las tecnológicas no, y todavía menos entre países. En este momento esto se emplea como una herramienta para tener ventaja competitiva frente a otro país, esta es la realidad.

Esto me plantea una cuestión ética bastante importante. Cuando la educación se convierte en una herramienta política, tenemos un problema y mejorar el sistema se complica. Por eso el verdadero reto ético es conseguir una educación de calidad para todos.

Hace tiempo que existe una gran preocupación para aumentar las vocaciones científico-tecnológicas. ¿Se te ocurre algún camino para que más niñas y jóvenes vean atractivo este camino?

El acceso a estudios tecnológicos es importante no solo en el caso de las mujeres sino también en el de todos los colectivos discriminados en general. Yo he hecho, por ejemplo, clase de diseño a una alumna que necesitaba un asistente constantemente y nos obligó a repensar la pedagogía. Junto a mi compañero Tom, otro de los creadores de Arduino, revisamos la forma como funcionaba nuestro sistema de desarrollo para poder trabajar con alumnos invidentes.

En cuanto a la idea de hacer un país más competitivo o no competitivo, creo que el tema no es tanto hacer un país competitivo, sino ayudar a la gente a crecer, al hecho de que puedan desarrollarse como personas en el futuro y que tengan una vida aceptable y en sintonía con el medio ambiente. Cuando generamos tecnología para que la gente aprenda, estamos también endulzando la interfaz, lo hacemos más atractivo para que la gente se  sienta atraída y le resulte más fácil participar en este proceso, aprender y utilizarlo. Para ello lo que hace falta primero es educar en valores.

Nosotros mismos vivimos en una sociedad en la cual estamos intentando hacer el mínimo esfuerzo, creamos tecnologías para hacer el mínimo esfuerzo y, sin embargo, aquí es donde viene el pez que se muerde la cola: programar tecnología a veces no se puede hacer con el mínimo esfuerzo, a veces requiere dar un paso de abstracción muy potente.

Creo que mejorar la docencia también cambiaría las cosas. Dar clase es tu trabajo principal, pero tendrás que hacer investigación sobre cómo tienes que dar clase en tu campo para buscar la forma más eficiente de transmitir estos conocimientos y que sea más funcional y, aparte, nada es estático, todo está constantemente cambiando porque la gente cambia, la sociedad cambia, las herramientas cambian. Esta es una parte del debate. La otra parte es sobre cómo sabes que todo el mundo aprende o no.