Según el Consejo de la Unión Europea (2018), “toda persona tiene derecho a una educación, formación y aprendizaje permanente, inclusivos y de calidad, para mantener y adquirir capacidades que le permita participar plenamente en la sociedad y gestionar con éxito la transición en el mercado laboral”.
Un Marco Europeo Competencial
En 2006 el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea adoptaron la Recomendación sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente. Este documento sirvió de referencia para el desarrollo de la educación, la formación y el aprendizaje orientados a las competencias.
En la actualidad los requisitos en cuanto a competencias ha cambiado. Por un lado, las tecnologías tienen una relevancia mucho mayor en todos los ámbitos del trabajo y la vida, por otro, las competencias emprendedoras, así como la capacidad de adaptarse al cambio.
En 2015, el programa PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos) indica que uno de cada cinco alumnos tiene dificultades para ser competente en lectura, escritura y cálculo. Además, en 2017 los indicadores digitales de la Comisión Europea dicen que el 44% de la población de la Unión Europea tiene una competencia digital escasa o nula (19%). En 2020, a consecuencia del confinamiento a causa de la pandemia, se hacen públicos datos muy preocupantes sobre la digitalización de la escuela.
En estos momentos de cambios profundos y rápidos, es necesario analizar las nuevas formas de aprendizaje en una sociedad cada vez más móvil y digital.
En estos momentos de cambios profundos y rápidos, es necesario analizar las nuevas formas de aprendizaje en una sociedad cada vez más móvil y digital
En la era y economía del conocimiento, memorizar hechos y procedimientos es clave, pero no es suficiente para el progreso y el éxito. Estas capacidades consiguen que lo aprendido funcione en tiempo real, para generar nuevas ideas, nuevas teorías, nuevos productos y nuevos conocimientos.
Todos estos cambios justifican la revisión y actualización de las recomendaciones y el marco de referencia europeo de las competencias clave para el aprendizaje permanente. Por ello, se ha dedicado una especial atención a mejorar las capacidades básicas, el aprendizaje de idiomas, las competencias digitales y emprendedora, la relevancia de los valores comunes en el funcionamiento de nuestras sociedades y la motivación de los jóvenes por carreras profesionales relacionadas con las ciencias. Además, se ha tenido en cuenta la meta 4.73 de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que desataca la necesidad de “garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, los derechos humanos, la igualdad entre géneros, la promoción de una cultura por la paz y una ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural”.
Competencias clave para un aprendizaje permanente
Se entiende por competencia ‘una combinación dinámica de conocimientos, capacidades y actitudes’ donde: 1) los conocimientos son hechos, conceptos, ideas, y teorías que apoyan la comprensión de un área o tema; 2) las capacidades son habilidades para realizar procesos y utilizar los conocimientos existentes para obtener resultados; y 3) las actitudes describen la mentalidad y la disposición para actuar o reaccionar frente a las ideas, las personas o las situaciones.
Las competencias clave son aquellas que todas las personas necesitan para su realización y desarrollo personal, su empleabilidad y éxito en la vida, la integración social y una ciudadanía activa, y por un estilo de vida sostenible y saludable.
Las competencias clave las necesitan todas las personas para su realización personal, su éxito en la vida, la integración social, y por un estilo de vida sostenible
Se desarrollan desde una perspectiva de aprendizaje permanente, desde la primera infancia hasta la vida adulta. Todas son importantes, se superponen, se entrelazan y pueden aplicarse en contextos muy diferentes. Entre ellas, se integran capacidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el trabajo en equipo, las capacidades de comunicación, la creatividad y las capacidades interculturales.
Las ocho competencias clave del marco Europeo de referencia recogidas en la LOMLOE son:
- Competencia en comunicación lingüística.
- Competencia plurilingüe.
- Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería.
- Competencia digital.
- Competencia personal, social y de aprender a aprender.
- Competencia ciudadana.
- Competencia emprendedora.
- Competencia en conciencia y expresión cultural.
Una educación permanente de calidad e inclusiva, debe ofrecer oportunidades de adquirir las competencias clave a todas las personas y en todos los contextos educativos.
Una educación permanente de calidad e inclusiva, debe ofrecer oportunidades de adquirir las competencias clave a todas las personas y en todos los contextos
Algunos ejemplos de buenas prácticas son:
- Diversidad de planteamientos y entornos de aprendizaje: aprendizaje cooperativo, interdisciplinario, participación activa y toma de decisiones por parte del alumnado, métodos de aprendizaje basados en la indagación o proyectos, en el arte o el juego, uso de las tecnologías, experiencias emprendedoras con retos de creatividad, iniciativa, etc.
- Apoyo a los docentes: desarrollo profesional continuo, práctica reflexiva, colaboración y comunidades de aprendizaje.
- Evaluación y validación del desarrollo de las competencias: descriptores con resultados de aprendizaje, herramientas para la evaluación diagnóstica formativa y sumativa, y validación en los niveles oportunos.
LOMLOE: Perfil de salida, elementos del currículum y principios pedagógicos
La LOMLOE aprovecha la experiencia acumulada durante estos quince años de educación competencial en Europa y define unos perfiles de salida competenciales desde Infantil hasta Bachillerato; de esta forma se especifican las condiciones del paso de una etapa a la siguiente.
Mientras la descripción del perfil de salida en las etapas de Infantil y Bachillerato está vinculado exclusivamente al nivel de consecución de las competencias clave, en las etapas de educación básica, primaria y ESO, “se ve como una herramienta donde se concretan los principios y finalidades del sistema educativo español para este período. El perfil identifica y define, en conexión con los retos del siglo XXI, las competencias clave que se espera que los alumnos hayan desarrollado al completar esta fase de su itinerario formativo”.
En la enseñanza básica, la relación entre competencias clave y retos del siglo XXI da sentido a los aprendizajes, puesto que acerca la escuela a situaciones, cuestiones y problemas reales de la vida cotidiana. Esto favorece situaciones de aprendizaje significativas y relevantes. Para superar con éxito la etapa, todo alumno y alumna debe saber activar los aprendizajes adquiridos para responder a los principales desafíos a los que tendrá que hacer frente durante su vida.
En cualquier caso, para alcanzar el perfil de salida es necesario trabajar desde la transversalidad de las competencias clave. Todas ellas se concretan en los aprendizajes de las diferentes áreas, ámbitos o materias, y se adquieren y llevan a cabo a partir de los aprendizajes que se producen en su conjunto.
Para alcanzar el perfil de salida es necesario trabajar desde la transversalidad de las competencias clave
Por cada competencia clave se ha definido un conjunto de descriptores operativos según el marco de referencia europeo existente. A partir de estos descriptores, se han concretado las competencias específicas de cada área, ámbito o materia. Este vínculo permite evaluar las competencias clave del perfil de salida a partir de la evaluación de las competencias específicas relacionadas y, por tanto, el nivel de consecución esperado al finalizar cada etapa. Esto favorece y explicita la continuidad y cohesión entre las dos etapas de enseñanza obligatoria.
Elementos del currículum
El currículum está formado por el conjunto de objetivos, competencias, saberes básicos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación. Hay seis elementos a distinguir y relacionar:
- Objetivos: logros, vinculados a las competencias clave, que se espera que el alumno logre al finalizar la etapa.
- Competencias clave: desempeños que se consideran imprescindibles para que el alumno pueda progresar con garantías de éxito en su itinerario formativo, y afrontar los retos globales y locales del siglo XXI.
- Competencias específicas: desempeños que los alumnos deben poder desplegar en las actividades y situaciones que requieren los saberes básicos de cada materia o ámbito. Conectan el perfil de salida de las competencias clave (descriptores) y las áreas, ámbitos o materias.
- Criterios de evaluación: referentes que indican los niveles de consecución esperados en el alumno en las actividades o situaciones referidas a las competencias específicas de cada área, ámbito o materia. Concretan a los descriptores de las competencias clave para cada competencia específica en cada área o materia.
- Saberes básicos: conocimientos, habilidades y actitudes que forman los contenidos propios de una materia o ámbito de aprendizaje necesarios para la adquisición de las competencias específicas.
- Situaciones de aprendizaje: actividades que implican el despliegue por parte del alumnado de actuaciones asociadas a las competencias clave y específicas y contribuyen a su adquisición y desarrollo.
Algunos principios pedagógicos
- Atención a la diversidad de todo el alumnado. Métodos para atender los diferentes ritmos de aprendizaje, que favorezcan la capacidad de aprender por sí mismos y promuevan el trabajo en equipo.
- Realización de proyectos significativos y relevantes y resolución colaborativa de problemas, reforzando la autoestima, la autonomía, la reflexión y la responsabilidad.
- Trabajo en todas las materias de: comprensión lectora, expresión oral y escrita, comunicación audiovisual, competencia digital, emprendimiento social, igualdad de género y creatividad. Junto con el fomento transversal de la formación estética, la educación por la sostenibilidad y el consumo responsable, el respeto mutuo y la cooperación entre iguales.
- La evaluación es continua, formativa e integradora y se promueve un uso generalizado de instrumentos de evaluación variados, diversos, y adaptados a las diferentes situaciones de aprendizaje, para valorar de forma objetiva a todo el alumnado.
- El docente evaluará tanto los aprendizajes de los alumnos como la práctica docente para su mejora.
Referencias
LOMLOE: Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación
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