por Ana Moreno Salvo
Desde Impuls Educació nos interesamos por las investigaciones a nivel internacional y tratamos de establecer conexiones con expertos de todo el mundo. Con Miquel Àngel Prats estuvimos hablando sobre el papel de la tecnología y la competencia digital docente. Podréis encontrar la entrevista completa en el ejemplar 5 de la revista Diàlegs: “Formación del profesorado”.
Entrevista a Miquel Àngel Prats
¿Qué mirada o lectura debería hacer el sector de la educación de la transformación del mundo y de nuestra forma de vivir?
En primer lugar, debemos pensar en la gran necesidad que tenemos de alfabetizarnos en todas las cuestiones. En segundo lugar, tenemos que saber qué es lo que tengo que hacer en clase y qué debo hacer en presencia de estas potentes herramientas tecnológicas. El tercer reto se relaciona con el hecho de que estas “herramientas tecnológicas inteligentes” pueden ayudarnos en nuestro trabajo para dedicarnos más al acompañamiento de nuestros alumnos y, por tanto, que la tutoría sea mucho más cercana. Y, el cuarto reto se trata de convertirnos en cuestionadores de todo lo que tenemos a nuestro alrededor.
¿Cuáles crees que son los retos prioritarios a los que se enfrentan los docentes en su actualización profesional para dar respuesta a las necesidades educativas de la era digital?
Los docentes debemos ser capaces de tener flexibilidad mental y grandes dosis de reserva emocional para ser capaces de aprender, desaprender y volver a reaprender. Respondiendo a tu pregunta, los retos prioritarios tienen que ver con las “soft skills”: la toma de decisiones, el trabajo en equipo o la resolución de problemas. Por tanto, se trata de ayudar a estos alumnos a que se autolideren, que se autorregulen y que se conozcan a sí mismos.
Los docentes debemos ser capaces de tener flexibilidad mental para aprender, desaprender y volver a reaprender
¿Cómo puede la tecnología digital apoyar a los docentes en la mejora de su labor diaria?
Hay una serie de recursos donde la tecnología nos puede ayudar mucho, como sería hacer la planificación y el diseño de lo que podría ser nuestra acción docente. Nos permitiría trabajar más de forma colaborativa con otros docentes y escuelas para crear proyectos de complicidad. Deberemos ser muy creativos. En el fondo, la tecnología únicamente nos pone un espejo delante para que seamos capaces de volver a pensar cómo desempeñar nuestro rol en un mundo lleno de máquinas.
¿Qué rasgos clave debería tener una formación en competencia digital docente para ser efectiva?
Que sea algo cotidiano, invisible, que no nos dé miedo y que se convierta en una tarea más, que la podamos hibridar. Sería más saludable que la tecnología esté presente en todas y en cada una de las materias o proyectos que estemos trabajando. Por tanto, abogaría por una complementariedad: una como objeto de estudio y la otra sería aprender con tecnología. Pero, sobre todo, lo que es más relevante es que hagamos pensar al alumnado. En estos momentos, buena parte de nuestras interacciones no son solamente personales, también son tecnológicas. Por tanto, habrá que dedicar un espacio para poder reflexionar sobre ello.
Que sea algo cotidiano, invisible, que no nos dé miedo y que se convierta en una tarea más, que la podamos hibridar
¿Qué les dirías a los docentes, directores de escuela y familias, respecto al papel que deberían jugar los aparatos digitales en la escuela?
En la escuela, la tecnología debe estar al servicio del propio proyecto educativo del centro. Es importante que tengamos claro adónde queremos ir. En segundo lugar, hacer partícipes a los alumnos de todo esto, cualquier decisión debe ser pactada con los propios alumnos, integrémosles. En tercer lugar, debe haber un diálogo muy estrecho entre la familia y la escuela, y que exista cierta coherencia. Y, por último, debe haber un proyecto digital de centro con una estrategia digital de centro. De esta forma se lidera, se prevé, se anticipa y se acompaña tanto a familias como a profesorado y alumnado.
Hacer partícipes a los alumnos de todo esto, cualquier decisión debe ser pactada con los propios alumnos, integrémosles
¿Qué opinas del Pensamiento Computacional y la inteligencia artificial como contenido curricular?
Es muy interesante que se pueda trabajar en las escuelas desde una perspectiva STEM en la que el pensamiento computacional y la inteligencia artificial quedan completamente integradas en proyectos en los que se trabaja la ciencia, las matemáticas, la ingeniería o el arte. Nos ayuda mucho el hecho de que niños y adolescentes entiendan qué significa trabajar con máquinas, que entiendan su lenguaje. Es muy bonito porque despierta la curiosidad por aprender y sobre todo por el saber.