por Diego Ledesma
El acompañamiento durante la escolaridad se presenta como un desafío crucial, ya que busca mejorar el rendimiento socioemocional, académico y fortalecer diferentes habilidades de nuestros estudiantes.
Cuando hablamos de acompañamiento podemos recoger la definición de Bisquerra (2012): la acción tutorial es atender las necesidades personales, favorecer la autonomía, orientar profesionalmente, apoyar el desarrollo emocional, social y moral de los y las estudiantes a través del acompañamiento individual o grupal.
Como docentes tenemos un gran reto entre manos en el saber acoger y acompañar en este proceso tanto a los y las alumnos/as como a sus familias. Fernández (2010) afirma que “la tutoría es parte esencial de la acción educativa y no una labor complementaría” (p.95). Cabe destacar que forma parte de nuestra labor docente y debemos tener las herramientas necesarias para llevarlo a cabo.
Como docentes tenemos que saber acoger y acompañar en este proceso a los alumnos y sus familias
En la LOMLOE (2020) podemos ver como en sus diferentes artículos se resaltan disposiciones relacionadas con el acompañamiento personalizado de los y las alumnos/as. Podemos encontrarlos en el artículo 14 dónde se habla directamente sobre el acompañamiento y la orientación, y se establece que los centros educativos deben garantizar la existencia de servicios de orientación educativa y profesional. En el artículo 16 nos encontramos con la función tutorial, el cual nos dice que es una responsabilidad del conjunto del profesorado. En el artículo 124 nos encontramos con los planes de atención a la diversidad que también son un proceso de acoger y acompañar a los niños y niñas con diferentes necesidades específicas de apoyo educativo. Por último, vemos que el artículo 141 hace referencia a la participación de las familias y se fomenta la colaboración entre estas y los profesionales de la educación para trabajar conjuntamente.
En este sentido, cabe resaltar que la familia es nuestra primera aliada como docentes tal y como afirma Rossy (2020), “Si no conseguimos su colaboración, no seremos eficaces. Aunque tengamos muchos conocimientos en educación, no podemos ver a las familias como un estorbo ni, mucho menos, como rivales.” (p.95); por este motivo debemos saber cuáles son las necesidades de las familias en todo momento.
La familia es nuestra primera aliada como docentes, si no conseguimos su colaboración, no seremos eficaces
8 tips para la tutoría personal
En esta línea hemos podido analizar diferentes autores: Bofarull (2015), Rossy (2020), Fernández (2010), Bisquerra (2012), Fernández (2010), González (2011) juntamente con la LOMLOE para poder brindar ocho “tips” que ayuden a los tutores a enfocar este gran reto que tenemos entre manos con las familias. Cabe destacar que es imprescindible partir de la base que como docentes tenemos que establecer una relación cercana con el alumno y alumna, conocer sus intereses, motivaciones, desafíos y saber adaptar la enseñanza para satisfacer sus necesidades.
- Comunicación bidireccional: mantener una comunicación de ida y vuelta. Implica como docentes saber escuchar antes de dar una respuesta. Debe ser frecuente con la familia. También nos puede dar información para poder acompañarlos. En el momento de decir las cosas podemos empezar por las cosas positivas de sus hijos/as, luego las cosas que puede o debe mejorar y por último podemos comentar algo negativo. De esta manera no acabamos cayendo en que todo es muy malo o demasiado bueno.
- Prepararse: para las familias cada hijo/a es único, por lo tanto, al enfrentarnos a la tutoría debemos pensar que es imprescindible prepararla. Para ello requiere que el tutor o tutora disponga de toda la información posible sobre el alumno o la alumna. En la preparación se cuenta la previa, es decir, los minutos antes. Tenemos que considerar que si hemos quedado con una familia un día y hora tenemos que hacer el máximo esfuerzo posible para tenerlo todo preparado: el sitio donde haremos la tutoría, que funcione bien la luz, puntualidad, llevar la documentación necesaria para la tutoría, etc.
- Marcar objetivos en casa y en la escuela: al acabar la tutoría es bueno que la familia tenga claro cuáles serán los objetivos a tener en cuenta durante el trimestre.
- Orden y flexibilidad: Es importante establecer un orden a la entrevista. No podemos ir dando saltos, por ejemplo, de lo académico a las relaciones sociales con los compañeros y las compañeras de clase. Para ello es bueno prepararla, teniendo en cuenta la flexibilidad y viendo la preocupación de la familia.
- Empatía, discreción y tomar notas: Hay que ser discretos, prudentes, empáticos y saber aquello que les podemos contar a los padres de sus hijos/as. En este punto cabe desarrollar la empatía y, por tanto, es importante ponerse en el lugar del otro.
- Cumplir acuerdos: Cuando pactamos algo con las familias es bueno poder cumplirlo. Estas ponen su confianza en nosotros y para ello nos confían a lo más importante que son sus hijos/as. Es importante tener en cuenta que los acuerdos tienen que ser algo que nos veamos capaces de hacer, no podemos engañar a la familia con algo que nos será imposible realizar, ya sea por falta de tiempo, por falta de medios, etc.
- Con datos objetivos: Cada alumno y cada alumna es diferente y único/a. Por este motivo, cuando tenemos una tutoría con una familia es imprescindible saber dónde necesita mejorar el alumno/a. No podemos señalar que el alumno o la alumna necesita reforzar las multiplicaciones, cuando las únicas tablas de multiplicar que no ha sabido integrar son las del 6 o del 7 por ejemplo. Las familias agradecen cuando les decimos dónde poner el foco específicamente.
- Invitar a formarse: Como educadores debemos estar informados sobre la formación que proporciona el centro educativo para las familias. En la tutoría podemos invitar y explicar los Cursos de Orientación Familiar, las escuelas de Padres, actividades concretas para formación de familias que se impartan desde la escuela o instituto. También podemos recomendar libros concretos sobre temas que les preocupen para ayudarles en la educación de sus hijos/as.
Las familias ponen su confianza en nosotros y para ello nos confían a lo más importante que son sus hijos/as
En conclusión, el acompañamiento durante la escolaridad es esencial para mejorar el rendimiento socioemocional y académico de los niños y niñas, así como fortalecer diferentes habilidades. Como afirma Bisquerra (2012), implica atender necesidades personales, fomentar autonomía, orientar profesionalmente y apoyar el desarrollo integral de los y las estudiantes. También los y las docentes se enfrentan al gran reto de acoger y acompañar a los alumnos con sus familias. Es necesario establecer una relación cercana con ellos para conocer sus necesidades para saber acogerlos y acompañarlos.
El acompañamiento es esencial para mejorar el rendimiento socioemocional y académico de los alumnos
Diego Ledesma es maestro de Educación Primaria y Psicopedagogo. Considera que los dos grandes retos de la educación son la inclusión y la orientación familiar. Está interesado en temas de psicopedagogía, cursos de orientación familiar, mentoría, liderazgo y dirección inclusiva y educativa, dificultades de aprendizaje, personalización educativa y formación de familias y profesorado.
Bibliografía
Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Boletín Oficial del Estado, núm. 340, de 30 de diciembre de 2020, pp. 94090-94141.
Fernández, P. (2010). “Tutoría, tarea compartida”. Autodidacta. Revista de la Educación en Extremadura, 6, 87-92.
Bisquerra, R. (2012). “Orientación tutoría y educación emocional”. Madrid, España: Síntesis. S.A. de C.V.
González, A. (2011). “El Talking Manager. Cómo dirigir personas a través de conversaciones”. Alienta
Rossy. (2020). “El secreto del marketing educativo”. Santillana
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