Leer bien es necesario para pensar las ciencias

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22 February 2023

La relación entre ciencia y lenguaje es fundamental en la comprensión de las STEM

Por Jordi Viladrosa i Clua

Este artículo tiene como ejes principales la relación necesaria entre ciencia, y lenguaje. Nos facilita algunos consejos de cómo implementarlo en las aulas de secundaria. También tiene en cuenta los sesgos del profesorado de lengua, por una parte, y del de ciencias, por otra parte. Incluye alguna referencia al estímulo del pensamiento crítico de los estudiantes para una lectura crítica del mundo y el papel que tiene la lengua y la ciencia en ello.

La relación entre ciencia y lenguaje es fundamental en el proceso de aprendizaje de las ciencias por parte de los estudiantes. La ciencia es un medio para conocer el mundo y explicar los fenómenos naturales que ocurren a nuestro alrededor, mientras que el lenguaje es la herramienta a través de la cual se comunican esos conocimientos, se desarrolla el pensamiento crítico y se estimula la capacidad de los estudiantes para analizar y evaluar la información disponible.

Estoy convencido de que la mayoría de los profesores de ciencias creen que el lenguaje juega un papel importante en la forma en la que percibimos y comprendemos la ciencia, y que la opción por unas u otras habilidades lingüísticas pueden influir en la forma en que se presenta y se interpreta la información de este ámbito del conocimiento. Por su parte, el papel de la lengua en el desarrollo de la ciencia es fundamental, ya que a través de ella se transmiten los saberes y se explican los fenómenos naturales para comprender el mundo.

ética y equidad
A través de la lengua se transmiten los saberes y se explican los fenómenos naturales para comprender el mundo

Enfoques dicotómicos que conviene evitar

Sin embargo, a menudo existe un sesgo en la forma en que se abordan la ciencia y el lenguaje en el aula. Por un lado, los profesores de ciencias pueden centrarse en la transmisión de conocimientos técnicos y en la enseñanza de los métodos científicos, pero pueden olvidar el desarrollo de una argumentación correcta o de una comunicación expositiva clara y efectiva de los saberes adquiridos. Por otro lado, los profesores de lengua pueden centrarse en la enseñanza de las habilidades lingüísticas y la gramática, pero pueden descuidar la importancia de la ciencia y de la comprensión de sus aplicaciones a la vida ordinaria. Es decir, podrían sin pretenderlo ignorar el contexto de sus enseñanzas.

Dicho de otra manera, el enfoque excesivo en la transmisión de conocimientos técnicos por parte de los profesores de ciencias puede producir una falta de motivación por parte de los estudiantes, lo que puede afectar negativamente a su aprendizaje a largo plazo. Al mismo tiempo, priorizar la gramática y la ciencia del lenguaje puede derivar en una falta de conexión con el mundo real.

Ciencia y lenguaje, en el mismo equipo

Estos sesgos a los que hemos aludido pueden tener un impacto negativo en la formación científica de los estudiantes y limitar su capacidad para comprender y analizar críticamente el mundo que los rodea. Por lo tanto, es crucial que los profesores de ciencias y los de lengua trabajen juntos para integrar la ciencia y el lenguaje en el aula y fomentar el desarrollo de habilidades clave, como la comunicación efectiva, el pensamiento crítico y la comprensión de los fenómenos naturales para hacer frente a los desafíos del mundo actual y futuro.

Los profesores de ciencias y de lengua deben trabajar juntos para integrar la ciencia y el lenguaje en el aula

En general, se cree que el lenguaje y el pensamiento tienen un impacto importante en la forma en que se comprende y se comunica la ciencia, y viceversa. Para ello, deberíamos dar más importancia a la lectura, porque, como afirma Neus Sanmartí, “la actividad lectora está en la base de muchas estrategias que son básicas para aprender ciencias, ya que posibilita establecer relaciones, comparar, generar preguntas, analizar críticamente, enriquecer el vocabulario, apropiarse de modelos textuales para la escritura y, muy especialmente, es una fuente de placer”. Con lo cual, según Sanmartí:

“Estar alfabetizado científicamente implica no solo comprender las grandes ideas de la ciencia sino también ser capaz de hablar, leer y escribir argumentando en función de estas ideas, “problematizándolas”. Un buen lector es aquel que es capaz de integrar la información que proporciona el texto con sus propios conocimientos y crear uno nuevo, una interpretación que vaya más allá del contenido de la lectura en sí, y que tenga en cuenta las intenciones del autor y lo que había previamente en la mente del lector. No todas las interpretaciones del texto son asimismo buenas, aunque normalmente puede haber más de una válida.”

Un enfoque colaborativo entre departamentos, que integre la ciencia y el lenguaje en el aula, requiere tener en cuenta, según Jordi Domènech (2022) dos puntos fundamentales:

  1. El trabajo conjunto de materias lingüísticas y no lingüísticas, cada uno desde su mirada.
  2. La existencia de andamios, plantillas y referentes de aula compartidos entre materias, que faciliten al alumnado conectar habilidades y recursos lingüísticos entre distintas materias.

Según Domènech, el desarrollo de habilidades para la lectura crítica es un aspecto fundamental de la educación, ya que permite a los estudiantes analizar de manera objetiva y reflexiva la información que reciben y formarse sus propias opiniones. “Detectar sesgos o falacias puede ser difícil para el alumnado” lo cual hace imprescindible conocer y trabajar distintos criterios que confieran credibilidad a las fuentes de información a las que accedemos.

Sugerencias para la acción

Para acabar, se presentan algunos consejos para implementar una mayor relación entre ciencia y lenguaje en las aulas de secundaria:

  1. Fomentar la comunicación efectiva de los conocimientos científicos: Los estudiantes deben aprender a explicar y comunicar de manera clara y precisa los conceptos científicos que están aprendiendo.
  2. Desarrollar el pensamiento crítico: Los estudiantes deben ser estimulados para analizar, evaluar y formular preguntas sobre los conceptos científicos y el mundo que los rodea.
  3. Integrar la lengua y la ciencia: Es importante que los profesores de ciencias y de lengua trabajen juntos para integrar la lengua y la ciencia en las actividades y proyectos en el aula.
  4. Enseñar la importancia de la ciencia en la vida cotidiana: Los estudiantes deben comprender cómo la ciencia afecta a su vida diaria y cómo pueden aplicar los conceptos científicos en su día a día.
  5. Incentivar la discusión y el debate: Los estudiantes pueden ejercitarse en la discusión y el debate, previamente informados, sobre temas científicos y sus implicaciones en la sociedad.
  6. Utilizar una variedad de recursos: Los profesores pueden utilizar una variedad de recursos, como videos, juegos, experimentos y discusiones en grupo, para ayudar a los estudiantes a comprender y retener los conceptos científicos.
  7. Fomentar la lectura crítica: Los estudiantes deben ser estimulados para leer y analizar información científica de manera crítica y evaluar su relevancia y veracidad.

Referencias bibliográficas:

Sanmartí, Neus (2020). “Leer para aprender ciencias”. INTEF. MECD. https://leer.es/recursos_leer/leer-para-aprender-ciencias-neus-sanmarti/

Domènech Casal, J (2022). “Mueve la lengua, que el cerebro te seguirá. 75 acciones lingüísticas para enseñar a pensar ciencias”. Graó.

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