La evidencia dice que los docentes de escuelas caracterizadas por el hábito de aprender para enriquecerse, no solo aprenden más y mejoran su trabajo, también tienen mayor seguridad en sí mismos1.
Cuatro factores para el cambio institucional
La mayoría de organizaciones que han intentado llevar a cabo un proceso de transformación se han encontrado con serias dificultades en las primeras fases. Las que lo han logrado se caracterizan por aprender de su experiencia. Conseguirlo depende mayoritariamente de un enfoque hacia el aprendizaje y las capacidades de sus miembros. Para las escuelas nada es más determinante que la formación docente para aumentar la capacidad de aprendizaje del profesorado.
Los cuatro factores generadores de capacidades para el cambio tienen su homólogo institucional: 1) Creación de visión común; 2) Estructuras, normas y prácticas de investigación organizativas; 3) Enfoque en el desarrollo y los conocimientos organizativos; y 4) culturas de trabajo colaborativo.
- Creación de visión común. Hay que dejar claro el enfoque del cambio y elaborar una visión compartida de lo que los alumnos deberían saber y saber hacer y qué estrategias educativas se utilizarán. Cuando los docentes tienen voz, su compromiso es mayor.
- Estructuras, normas y prácticas de investigación organizativas. Implica garantizar la formación de todos los docentes, apoyar su capacitación para realizar el cambio, y la creación de un proceso de investigación y una cultura de aprendizaje permanente. Hay que adecuar y ampliar las estrategias educativas, así como ampliar la formación docente con una cultura de “aprender haciendo” y “aprender de lo que hacemos”.
- Enfoque en el desarrollo y los conocimientos organizativos. Favorecer la experimentación y práctica para ser competentes, gracias a un acompañamiento eficaz con el coaching, co-coaching o docencia compartida y la creación de materiales didácticos colaborativamente.
- Culturas de trabajo colaborativo. Trabajar en equipos en todos los niveles de la escuela. Llegar a acuerdos sobre qué y cómo enseñar, qué y cómo evaluar y cómo atender a todos los alumnos de forma eficaz para que participen y progresen en su aprendizaje. Tomar decisiones sobre qué proyectos realizar, cómo ayudar a progresar a alumnos particulares o grupos de alumnos, etc. Crear, aplicar y mejorar situaciones de aprendizaje colaborativamente.
Algunos de los factores generadores de capacidades para el cambio son la creación de visión común o las culturas de trabajo colaborativo
¿Dónde estamos? Hagamos un SELFI
De la misma forma que el SELFI para docentes estaba organizado en los cuatro factores para el cambio, el de organizaciones que aprenden también tiene los mismos cuatro apartados, pero esta vez desde la perspectiva de la escuela. La herramienta de autoevaluación “SELFI – La escuela, una organización que aprende” está pensada para ayudar en un proceso de mejora continua en el que la escuela se vaya transformando en una organización que tiene una cultura y dinámica interna que favorece el aprendizaje permanente.
Impuls Educació, propone un cuestionario con las siguientes 29 preguntas.
Aprender juntos. Herramientas para mejorar
Una escuela que aprende necesita poner en juego a todo su profesorado y dinamizar su trabajo en equipo a todos los niveles. La evidencia dice que una buena formación docente es una gran potenciadora de calidad educativa. Pero esta formación debe ser compartida e ir acompañada de práctica reflexiva.
El cuestionario anterior está pensado para ayudar a liderar la transformación pedagógica de la escuela. Está orientado a elaborar un “plan de mejora organizacional”. Pasado un tiempo se puede volver a pasar el SELFI para ver las mejoras y realizar el siguiente plan. Para que funcione es necesaria una buena coordinación entre dirección docente y los líderes pedagógicos del centro.
(*) Poner el punto del cuestionario SELFI “Escuela que aprende”
Existen herramientas para hacer coaching y co-coaching pedagógico. Es importante que la iniciativa parta del docente. Normalmente, se explicará que existe esta posibilidad, las condiciones y los beneficios y los docentes que lo deseen deberán pedirlo.
Otras herramientas interesantes son:
- Sesiones de trabajo docente. Deben ser participativas y servir para resolver dudas, llegar a acuerdos, compartir buenas prácticas o reflexionar sobre la práctica. Normalmente, se programarán al inicio de curso a partir de las necesidades de los distintos equipos. Idealmente, serán reuniones en las que participarán un máximo de 30 docentes y se trabajará en equipos cooperativos.
- Grabarse en video. Una práctica común en escuelas con una cultura consolidada como escuela que aprende es realizar una grabación de una clase de alguien con alto nivel de competencia y analizarla entre todos. El análisis se puede hacer de muchas formas, una de ellas es a partir de las fuerzas culturales o también utilizando alguna rutina sencilla como por ejemplo un 10×2 y después valorar cada idea como buena, mejorable, sustituir, eliminar, y justificar lo que se dice. Al finalizar es necesario consensuar algunas conclusiones.
- Narrar una experiencia. Lo mismo se puede hacer a partir de la explicación de una experiencia en la que se aportan evidencias. Cuando se ha finalizado la explicación, se realiza una ronda de preguntas y cada docente presente tiene derecho a una pregunta. Seguidamente, se inicia una conversación orientada a distinguir lo que ha ido bien, qué es mejorable, sustituible, eliminable, etc.
- Protocolos de observación. Por ejemplo, el Proyecto Cero de Harvard, donde nacieron las culturas de pensamiento, promueve el uso de algunos protocolos para aprender y mejorar como el de “Cultures of Thinking Observation”. Estos tipos de protocolos se pueden realizar sobre trabajo en equipos cooperativos, evaluación, entre otros. Son muy útiles para ayudar a los docentes a profundizar en el sentido de cada metodología y apreciar detalles importantes a tener en cuenta en su aplicación. Estas conversaciones, si se moderan bien, tienen un gran impacto en el nivel de competencia del profesorado.
Fuente: Project Zero