por Redacción
El Director de Educación de la OCDE y creador del informe PISA, Andreas Schleicher, fue uno de los ponentes de las jornadas organizadas este año por el Cercle d’Economia de Catalunya entre las que destacamos “La escuela, el reflejo de la sociedad del futuro”. La charla ofrecida por Schleicher se tituló: “Educar a los alumnos para su futuro”.
En su intervención, Andreas Schleicher abordó diversos temas sobre la educación y su impacto en la economía y la sociedad, con un énfasis particular en el contexto catalán. Su análisis se centró en la necesidad de una transformación profunda del sistema educativo para afrontar los desafíos del siglo XXI.
Schleicher comenzó señalando su preocupación por la disminución de las puntuaciones PISA en Cataluña. Afirmó que “Aunque los estudiantes catalanes demuestran una buena capacidad para reproducir el conocimiento adquirido en la escuela y obtienen resultados satisfactorios en pruebas estándar, encuentran dificultades significativas cuando se trata de aplicar estos conocimientos en contextos nuevos y desconocidos. Este déficit en habilidades críticas es alarmante, ya que la vida moderna exige la capacidad de extrapolar y utilizar el conocimiento de manera práctica y efectiva, algo que no se puede reducir a la mera memorización”.
La vida moderna exige la capacidad de extrapolar y utilizar el conocimiento de manera práctica y efectiva
En este sentido, Schleicher subrayó la importancia de un enfoque educativo que valore no solo lo que los estudiantes saben, sino lo que pueden hacer con ese conocimiento. Remarcó la necesidad de fomentar el pensamiento crítico y la capacidad de los estudiantes para aplicar sus conocimientos en situaciones prácticas. Según este experto, “los profesores deben adoptar un rol más activo en la facilitación del aprendizaje, alentando a los estudiantes a participar en experimentos y proyectos que les permitan aplicar de manera práctica lo aprendido, en lugar de limitarse a la transmisión pasiva de información”. Dicho de otra forma, la educación debe evolucionar para preparar a los estudiantes no solo para superar exámenes, sino para enfrentar y resolver los retos del mundo real de manera efectiva y creativa.
Un aspecto clave de su discurso fue la comparación internacional de sistemas educativos. Schleicher destacó que los sistemas educativos más exitosos son aquellos que han sabido adaptar buenas prácticas de otros contextos culturales y educativos a sus propias realidades. Mencionó el ejemplo de Singapur, que ha logrado resultados sobresalientes al adaptar de manera inteligente ideas exitosas de otros países simplemente copiándolas. Esta capacidad de contextualización y adaptación es esencial para cualquier sistema educativo que aspire a mejorar de manera significativa.
En relación con la profesión docente, Schleicher argumentó que “aumentar los salarios no es suficiente para hacer la enseñanza más atractiva”. En su lugar, propuso que la enseñanza debe ser intelectualmente estimulante y ofrecer a los profesores mejores oportunidades para interactuar con sus estudiantes y compañeros. Este enfoque no solo mejora la calidad de la enseñanza, sino que también eleva el estatus de la profesión docente. Citó el ejemplo de Shanghái, donde los profesores dedican mucho tiempo a actividades fuera del aula formal, como tutorías y proyectos con estudiantes y padres, y participan activamente en la investigación y la innovación educativa.
La enseñanza debe ser intelectualmente estimulante y ofrecer a los profesores mejores oportunidades para la interacción
Schleicher también destacó la importancia de las habilidades socioemocionales. Señaló que “los estudiantes en Cataluña muestran buenos niveles de resiliencia emocional, agencia y relaciones sociales”. Estas habilidades son tan importantes como las académicas y deben ser una parte integral de la educación. También sugirió que el sector empresarial tiene un papel fundamental en este ámbito, ya que en las entrevistas de trabajo, las habilidades socioemocionales son valoradas tanto como las competencias académicas. Por lo tanto, es imprescindible que el sistema educativo fomente estas habilidades de manera intencionada y sistemática.
Los estudiantes en Cataluña muestran buenos niveles de resiliencia emocional, agencia y relaciones sociales
Finalmente, Schleicher discutió la variabilidad del rendimiento escolar en Cataluña, indicando que la mayor parte de esta variabilidad se encuentra dentro de las escuelas y no entre ellas. Esto implica que “la mejora del sistema educativo debe centrarse en atender las necesidades específicas de cada estudiante”, personalizando el apoyo y los recursos de acuerdo con sus circunstancias individuales. Aunque el nivel de inversión en educación en Cataluña no es bajo en comparación internacional, es esencial que los recursos se utilicen de manera efectiva para lograr un impacto significativo en la calidad educativa y el rendimiento de los estudiantes.