por Ana Moreno Salvo
Los cambios sociales, la tecnología, pero también la psicología del aprendizaje y la neuroeducación muestran cómo ha cambiado la manera de aprender, y, por tanto, la forma de enseñar también debe transformarse. Todos los datos están a un clic, vivimos conectados y el bombardeo de información es constante, pero también caótico. Los jóvenes de hoy tienen toda la información al alcance de la mano, pero, ¿quién les ayuda a organizarla y comprenderla?, ¿quién puede conseguir que aprendan con ella de una forma eficaz?
El rol docente en la era digital
Carbonell (2012)1 asegura que lo importante no es reunir mucha información, sino saberla codificar, integrar, contextualizar, organizar e interpretar para transformarla en conocimiento, y aquí es donde entra en juego la tarea docente, cada vez más crucial. Según González et al. (2015), uno de los obstáculos más relevantes para la utilización de las TIC en la educación es el papel que juega la escuela para impulsar los cambios pedagógicos. En esta línea, afirman, es fundamental repensar aspectos estructurales relacionados con la formación inicial y permanente del profesorado o las infraestructuras, los modelos educativos de centro y cómo estos repercuten en la organización de las instituciones.
Los profesores y profesoras deben asumir el rol de guías y ayudar a los jóvenes a comprender e interpretar la avalancha de información a la que están sometidos, a contribuir a generar conocimiento y a aprender a aprender. Por todo ello, es necesario formar a las generaciones futuras en el uso de la tecnología, de los nuevos lenguajes y de las nuevas formas de interactuar entre nosotros.
Hay que formar a las generaciones futuras en el uso de la tecnología, de los nuevos lenguajes y de las nuevas formas de interactuar entre nosotros
La profesión docente se sitúa en un lugar de especial relevancia para el progreso social, adquiriendo gran importancia la formación inicial y continua del profesorado para poder dar respuesta a las exigencias de un currículo en transformación.
O sea, es una necesidad que los docentes sepan tomar decisiones adecuadas para generar experiencias de aprendizaje en entornos digitalizados, y hagan uso de metodologías que impulsen la adquisición de competencias que ayuden al alumnado a desarrollarse en el contexto social y cultural actual.
Tal y como afirma la UNESCO (2015)2, “es importante alentar a los docentes que sigan aprendiendo y evolucionando profesionalmente y a reconsiderar continuamente a la luz de las nuevas exigencias y los nuevos desafíos del mundo globalizado”.
Para Valverde et al. (2010)3 la integración de las TIC en la labor docente es una cuestión compleja y multidimensional que exige: 1) comprender los conceptos y procedimientos a través de las TIC; 2) desarrollar estrategias didácticas que usen las TIC para la enseñanza de contenidos curriculares; 3) conocer las dificultades en el aprendizaje y cómo las TIC pueden ayudar a superarlas y, finalmente, 4) conocer el punto de partida de los alumnos y la epistemología del contenido curricular para construir sobre el conocimiento preexistente con las TIC. Pero estos conocimientos superan a los que posee un experto en contenido curricular, un experto en TIC (ingeniero) o un pedagogo experto, lo que exige un replanteamiento de la formación del profesorado.
En este contexto, es imprescindible redefinir el rol docente y repensarlo para que se adecue a los nuevos escenarios. Un docente flexible, dinámico, que se distancie de lo tradicional para generar nuevas formas de interacción donde la tecnología sea un medio educativo y no un fin en sí mismo (Cabero, 2015)4. Además, el profesorado tiene el deber de fomentar en sus estudiantes el pensamiento crítico y la resolución de problemas de la sociedad actual, siendo las TIC un medio para alcanzar el conocimiento (Durán et al., 2020)5.
El rol del estudiante en la era digital
De la misma forma que los docentes van adquiriendo un nuevo rol en los últimos 19 años, los alumnos también han visto cómo su protagonismo en educación se acentúa. El sistema educativo ha empezado a dejar atrás la memorización para dotar al alumno de un sentido crítico y de comprensión del mundo (Imbernón, 2011)6. Con esta finalidad, los modelos globalizados que se implementan en las aulas hoy día consideran al alumno protagonista de su aprendizaje, trasladando el hilo conductor de las materias al alumnado y, en consecuencia, a sus capacidades, intereses y motivaciones (Zabala, 1999)7. El estudiante debe ser consciente de que estos nuevos modelos permiten tomar decisiones, participar, tener influencia y movilizarse activamente dentro del contexto (Durán et al., 2020)8. Asimismo, se hace imprescindible la adquisición de múltiples habilidades por parte del alumnado, que le ayuden a desarrollarse en la era digital.
Al uso eficaz y crítico de la tecnología, se suma la necesidad de adquirir otro tipo de habilidades, conocidas como habilidades blandas o “soft skills” , como son el liderazgo, la colaboración, la creatividad, aprender a aprender o el pensamiento crítico, las cuales, según Torres (2022)9 son esenciales para el éxito en la vida tanto personal como profesional.
Al uso eficaz y crítico de la tecnología, se suma la necesidad de adquirir otro tipo de habilidades, conocidas como “soft skills”
Según Monereo y Badía (2013)10, hay al menos siete aspectos en los que el aprendizaje se transforma por el uso de las TIC en el aula: 1) se producen nuevas situaciones y tareas educativas; 2) las TIC son un medio óptimo para el aprendizaje por competencias en la resolución de problemas auténticos; 3) facilitan la autorregulación y la corregulación del aprendizaje; 4) favorecen el aprendizaje cooperativo; 5) permiten acceder a innumerables contenidos digitales; 6) la influencia de las TIC tiene implicaciones en los procesos individuales de aprendizaje ampliando las posibilidades de aprendizaje y aportan recursos que se convierten en herramientas cognitivas; y, 7) mejoran los procesos de evaluación del aprendizaje del alumno.
La competencia digital de la escuela
Para poder avanzar, es fundamental que las organizaciones educativas sean también competentes digitalmente. DigCompOrg es el primer marco europeo para Organizaciones Educativas Digitalmente Competentes. Fue publicado por el JRC IPTS (Institute for Prospective Technological Studies of the Joint Research Center) en diciembre de 2015. Después de los primeros estudios, el equipo de investigación llegó a la conclusión de que a pesar de haber marcos/herramientas relativos al uso de tecnologías digitales para organizaciones educativas en diferentes países, todavía no se había aplicado un enfoque sistémico ni había evidencia de un enfoque conceptual común, lo que favorecía la recomendación de un marco de referencia europeo que adoptara un enfoque sistémico y añadiera valor permitiendo la comparabilidad y el aprendizaje entre iguales (Kampylis, 2015)11.
Los propósitos primordiales del marco DigCompOrg son: (I) invitar a la autorreflexión y la autoevaluación dentro de las organizaciones educativas a medida que profundicen progresivamente en su implicación en el aprendizaje por medio de pedagogías digitales; y (II) facilitar a los responsables diseñar, implementar y evaluar intervenciones que orienten en la integración y el uso eficaz de las tecnologías de aprendizaje digital.
Para ayudar a las organizaciones educativas a saber dónde se encuentran y cómo mejorar la integración de las TIC, el Área de educación de la UE ha desarrollado la herramienta SELFIE (Self- reflection on Effective Learning by Fostering the use of Innovative Educational Technologies) para organizaciones. Tomar una selfie de una escuela significa mirar distintas áreas: estrategias del colegio, práctica docente, infraestructura, currículum y experiencia de los alumnos. Con SELFIE los directivos, el profesorado y también los alumnos pueden expresar cómo se está utilizando la tecnología para enseñar y aprender. Tras la triple consulta, la aplicación ofrece a la escuela un informe con una imagen de lo que ocurre: fortalezas, lagunas y áreas de mejora. Toda esta información puede utilizarse para iniciar un diálogo con la comunidad educativa y crear un plan de acción que guíe una mejor integración de la tecnología digital en el centro (SELFIE, 2022)12.
La herramienta SELFIE sirve para ayudar a las organizaciones educativas a saber dónde se encuentran y cómo mejorar la integración de las TIC
Recientemente, en España, el Ministerio de Educación junto a las Comunidades Autónomas ha consensuado un marco referencial basado en el modelo de competencia ciudadana DigComp 2.0. La actual ley de educación española, la LOMLOE (Ley Orgánica 3/2020a)13, indica que “se hace necesario que el sistema educativo dé respuesta a esta realidad social e incluya un enfoque de la competencia digital más moderno y amplio, de acuerdo con las recomendaciones europeas relativas a las competencias clave para el aprendizaje permanente.” En el artículo único (Ley Orgánica 3/2020b)14, la misma ley recoge que el Proyecto Educativo de cada escuela deberá incluir un “plan digital de centro”. Este plan debe ser un instrumento que favorezca e impulse el uso de los medios digitales tanto en los procesos de enseñanza-aprendizaje como en los procesos de gestión del centro. Las orientaciones para la elaboración del plan se basan en el Marco Europeo de Organizaciones Digitalmente Competentes DigCompOrg de la Comisión Europea.
De este modo, el sistema educativo español, como otros muchos en todo el mundo, busca encarar los retos de alfabetización digital a los que se enfrenta actualmente la sociedad, considerando que no solo abarcan el ámbito del alumnado/ciudadano, sino que implican también la adquisición de una competencia digital específica por parte del profesorado para ejercer su profesión y de los centros educativos que deberían ser organizaciones digitalmente competentes.
Referencias
- Carbonell, X., Chamarro, A., Griffiths, M., Oberst, U., Cladellas, R., & Talarn, A. (2012). Uso problemático de Internet y móvil en adolescentes y jóvenes españoles. Anales de Psicología / Annals of Psychology, 28(3), 789–796. https://doi.org/10.6018/analesps.28.3.156061
- (2015). Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial?. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000232697
- Valverde Berrocoso, J., Garrido Arroyo, M. del C., Fernández Sánchez, R. (2010). Enseñar y aprender con tecnologías: un modelo teórico para las buenas prácticas educativas con TIC. Education in the Knowledge Society (EKS), 11(1), 203–229. https://doi.org/10.14201/eks.5840
- Cabero, J. (2015). Reflexiones educativas sobre las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Revista Tecnología, Ciencia Y Educación, (1), 19–27. https://doi.org/10.51302/tce.2015.27
- Durán, LML. (2020). Modos de interacción en el discurso institucional educativo sobre las TIC. Revista Signa 29 (2020), págs. 203-221
- Imbernon, F. (2011). Un nuevo desarrollo profesional del profesorado para una nueva educación. Revista de Ciencias Humanas, 12 (19), 75-86.
- Zabala, A. (1999). Enfoque globalizador y pensamiento complejo. Graó.
- Durán, LML. (2020). Modos de interacción en el discurso institucional educativo sobre las TIC. Revista Signa 29 (2020), págs. 203-221
- Torres, L. (2022). Desarrollo de habilidades blandas en estudiantes. Una revisión sistematizada. CIEG, Nº 54 marzo – abril 2022 [pág. 12-22] https://revista.grupocieg.org/wp-content/uploads/2022/02/Ed.5412-22-Torres-Lilly.
- Monereo, C., Badía, A. (2013). Aprendizaje estratégico y tecnologías de la información y la comunicación: una revisión crítica. Revista “Teoría de la Educación. Educación y Cultura en la Sociedad de la Información, vol. 14, núm. 2, 2013, pp. 15-41. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=201028055002
- Kampylis, P., Punie, Y. & Devine, J. (2015); Promoción de un Aprendizaje Eficaz en la Era Digital – Un Marco Europeo para Organizaciones Educativas Digitalmente Competentes; EUR 27599 EN; doi: 10.2791/54070. DigCompOrg. https://sede.educacion.gob.es/publiventa/descarga.action?f_codigo_agc=17711
- SELFIE. (2022). https://education.ec.europa.eu/selfie
- Ley Orgánica 3/2020a, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. «BOE» núm. 340, de 30 de diciembre de 2020, páginas 122868 a 122953 (86 págs.). I Disposiciones generales. BOE-A-2020-17264. https://www.boe.es/eli/es/lo/2020/12/29/3
- Ley Orgánica 3/2020b, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. «BOE» núm. 340, de 30 de diciembre de 2020, páginas 122868 a 122953 (86 págs.). Artículo único. Punto 62, Apartado I. BOE-A-2020-17264. https://www.boe.es/eli/es/lo/2020/12/29/3
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