por Toni Gallemí
El pasado 2 de marzo, la OCDE publicó un informe acerca de la persistencia de la brecha de género en la educación y qué efectos tenía posteriormente en el ámbito laboral. Para el estudio se han utilizado las últimas publicaciones de PIAAC (Programa de Evaluación de Competencias de Adultos), PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE) y EAG (Panorama de la Educación).
Durante el periodo de tiempo que abarca los años 2000 y 2020, más mujeres han terminado la educación obligatoria y la universidad. Buena parte de este estudio se ha centrado en la preadolescencia y adolescencia de los jóvenes de ambos sexos y ha destacado el rendimiento superior de las chicas en la lectura y la ligera superioridad de los chicos en matemáticas.
Si bien existen buenas razones para celebrar los progresos de la mujer en el ámbito educativo, parece que algunos de estos resultados podrían haberse visto ligeramente empañados por la comparativa con los chicos que, según el informe, ofrecen un rendimiento académico muy inferior al de las chicas. Las razones de este bajo rendimiento académico son muchas, apunta la OCDE, pero tienen un gran peso las diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres y sus respectivas actitudes frente al aprendizaje. Según PIAAC, el 58% de los que abandonan el colegio entre los 18 y 24 años son hombres. Y en países como Italia, Polonia, Israel o Eslovenia el porcentaje supera el 70% (gráfico). A esas edades, los estudiantes se encuentran en mitad de la adolescencia: buscan la independencia de sus padres y la aceptación social de sus amigos tiene una poderosa influencia en su comportamiento. Además, numerosos estudios adjuntos en el informe sugieren que los chicos adoptan un concepto de masculinidad que es indiferente a la autoridad y al trabajo del colegio.
Gráfico 1. Proporción de hombres entre los jóvenes que abandonan prematuramente los estudios. https://doi.org/10.1787/34680dd5-en
En el bajo rendimiento académico influyen las diferencias de comportamiento y sus actitudes frente al aprendizaje
Respecto a su comportamiento y actitudes frente al aprendizaje se ha demostrado que ellos dedican menos tiempo a hacer los deberes que ellas. Y aunque esta demostración no es causal, señala el estudio, sí es sintomática: realizar los deberes refuerza lo aprendido o, simplemente, persiste como un signo de compromiso con sus obligaciones (Klauda and Guthrie, 2014). Un informe anterior datado en 2012 y llevado a cabo por PISA concluyó que el tiempo de dedicación de deberes está positivamente relacionado con el rendimiento del estudiante (OECD, 2014). En 2018 aportó otro estudio basado en 32 países y economías. Se preguntó a los distintos estudiantes cuánto estudiaban fuera del colegio. El 73% de las chicas habían estudiado más de una hora el día inmediatamente anterior a la prueba frente al 64% de los chicos (OECD, 2019).
Realizar los deberes refuerza lo aprendido o, simplemente, persiste como un signo de compromiso con sus obligaciones
Lo que se hace fuera de la escuela es indicativo del rendimiento de los jóvenes. Otra característica destacable es el tiempo dedicado a la lectura y así lo demuestran estudios anteriores: existe una fuerte correlación con el alto rendimiento aquellos que dedican tiempo a leer (Guthrie, Schafer and Huang, 2001; Mol and Jolles, 2014; OECD, 2015). “Los estudiantes que disfrutan leer, y lo convierten en algo habitual en sus vidas, son capaces de mejorar sus habilidades lectoras con la práctica. Los mejores lectores tienden a leer más porque están más motivados por hacerlo y, a fin de cuentas, eso se traduce en una clara mejoría en el vocabulario y las habilidades de comprensión” (Sullivan and Brown, 2015). Según datos de la OCDE, entre jóvenes de 15 años, un 44% de las chicas disfruta con la lectura (“leer es uno de mis hobbies favoritos”), mientras que en los chicos no llega al 25%. Además, el 60% de los chicos únicamente lee para “obtener información necesaria”, mientras que en las chicas está en el 39% (OECD, 2019).
Estudios demuestran que existe una fuerte correlación con el alto rendimiento aquellos que dedican tiempo a leer
En la era digital, las tecnologías constituyen un elemento central en el desarrollo y evolución de los jóvenes. El informe señala que, fuera del horario escolar, los chicos dedican mucho más tiempo al uso de las tecnologías para el ocio. “Dado que los niños tienen un mayor acceso a los dispositivos digitales y a edades más tempranas, las actividades en línea de los adolescentes se encuentran cada vez más sin supervisión”. El estudio destaca el uso que hacen unos y otros. La proporción de niñas que utilizan dispositivos digitales todos o casi todos los días es mucho mayor que en los niños, y eran algo más propensas a hacerlo para chatear en línea. Sin embargo, la brecha más grande se refiere a los videojuegos. “En promedio de los países de la OCDE, el 53% de los niños de 15 años informaron que juegan a juegos colaborativos en línea todos o casi todos los días, frente al 10% de las niñas” (gráfico) (OECD, 2019).
Gráfico 2. Proporción de estudiantes de 15 años. https://doi.org/10.1787/34680dd5-en
El 53% de los niños de 15 años informaron que juegan a juegos colaborativos en línea casi todos, frente al 10% de las niñas
De forma similar al bajo rendimiento de los chicos, puede haber muchas razones posibles en la baja representación de chicas de alto rendimiento en matemáticas. Según apunta el informe, las chicas tienen generalmente menos confianza en sí mismas que los chicos y, además, son más propensas a expresar fuertes sentimientos de ansiedad. En un estudio de PISA 2018 en el que participaron 70 países y economías, las chicas notificaron más a menudo, y de forma más extensa que los chicos, miedo o temor al fracaso (OECD, 2019). A pesar de esta falta de confianza en sí mismas, tienden a estar mucho más motivadas para obtener buenos resultados en el colegio y a creer que es importante hacerlo bien. También temen, más que los chicos, los juicios negativos que puedan hacer de ellas. La OCDE considera que este miedo al fracaso y falta de confianza en sus habilidades está a menudo relacionado con los estereotipos de género presentes en sus hogares, que posteriormente quedan reforzados con dichos sesgos, de forma consciente o inconsciente, por sus profesores (OECD, 2015).
Las chicas tienden a estar más motivadas para obtener buenos resultados en el colegio
Conclusiones propuestas por la OCDE
Reducir la brecha de género, recalca la OCDE, no requiere de grandes reformas ni caras inversiones. Por el contrario, pide profundos esfuerzos por parte de padres, profesores y empleadores en estar más atentos de sus propios sesgos estereotipados y poder ofrecer, de esta forma, igualdad de oportunidades para el éxito a chicos y chicas (Schleicher, 2019).
Padres y profesores pueden ayudar a construir y fortalecer la confianza de las chicas en sus propias habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y sobreponerse así a la ansiedad. Resulta crucial mejorar e impulsar la participación de las chicas en actividades matemáticas y tecnológicas. Incluso puede ser de gran ayuda, concluye el informe, la utilización de videojuegos y tecnologías para desarrollar ciertas habilidades, siempre controlando el tiempo de uso para que no revierta negativamente en los resultados académicos. Es importante motivar a las chicas a estar más interesadas en matemáticas y ciencias y animar a los chicos a leer más. Para ello hay que eliminar los sesgos de género y los estereotipos.
“Tanto los gobiernos, como las escuelas y el sector privado deben explorar estrategias de cooperación (…) a fin de aumentar el interés de las niñas en materias relacionadas con la ciencia y el interés de los niños en humanidades y disciplinas relacionadas con las artes”.
Referencias:
Encinas-Martín, M. and M. Cherian (2023), “Gender, Education and Skills: The Persistence of Gender Gaps in Education and Skills”, OECD Skills Studies, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/34680dd5-en.