3 April 2020
Conversación con José Manuel López
José Manuel López es maestro y psicopedagogo. Tiene un posgrado en multimedia y educación y dos másteres, uno en nuevas tecnologías aplicadas en la educación y otro en e-learning. Ha participado en numerosas investigaciones en la UAB y ha creado el proyecto Conecta+ para la educación en el buen uso de internet y las tecnologías.
Empezó en los 80 con las TIC, cuando nadie reparaba en ellas. Se formó y promocionó su uso por toda la geografía española. Ha dedicado más de 40 años a convertir la tecnología en motor de transformación educativa. Su experiencia es extensa y está llena de ilusiones y desilusiones. Cree que “las herramientas digitales no sirven para reproducir los patrones de la escuela tradicional. Hay que ceder protagonismo al alumno pero continúa habiendo una gran resistencia a la transformación pedagógica.” En algunas ocasiones, comenta, “la falta de planificación y sentido ha llevado a fracasos estrepitosos como el proyecto 1×1.” Durante demasiado tiempo, dice, “se ha pensado en el poder transformador de la tecnología, sin embargo la verdadera transformación tiene que venir de la pedagogía y el sistema educativo. La tecnología es un poderoso instrumento, pero instrumento al fin.
Por Ana Moreno
¿Qué papel tendría que jugar la tecnología en la educación?
Se empezó a hablar de tecnología hace mucho tiempo, cuando se vio la posibilidad de individualizar el aprendizaje. Realmente es una herramienta que ayuda mucho al profesorado para poder hacerlo. Eso sí, se necesitan contenidos de calidad.
Más adelante hubo una moda que identificaba innovación con tecnología. Por ejemplo: las pizarras digitales en las aulas, en teoría tenían que revolucionar la educación. Pero una herramienta es una herramienta y aquello no fue un cambio metodológico. El profesorado continuó haciendo la clases magistrales cambiando las pizarras de tiza por PowerPoints. Después llegaron las tabletas y los libros electrónicos. Se repetía el error de pensar que por el hecho de utilizar tecnología el profesor era innovador. José Antonio Marina dijo: “Un burro con internet continúa siendo un burro”.
Actualmente la tecnología es una herramienta que se trabaja de manera transversal al currículum
Otro tema es la atención a la diversidad. En los años 70 se hablaba de individualización. Un niño o una niña cuando llega a la escuela tiene que ser ayudado y tiene que salir adelante. Sea como fuere. Todo el mundo es diverso. Ya no existe el concepto de “normalidad”. Y en este sentido las tecnologías nos pueden ayudar mucho. La tecnología tiene un gran potencial para ayudar a todos los niños y niñas: los alumnos en el aula y con tecnología pueden estar trabajando realmente en aquello que necesitan.
En Escocia tienen una plataforma que de alguna manera va guardando el portfolio de todo aquello que ha ido aprendiendo el alumno, incluyendo extraescolares, proyectos de clase, etc. En Escocia no evalúan con la nota final del expediente académico, sino lo que miran es este portfolio de todo aquello que ha hecho el alumno en los 12 años de enseñanza obligatoria. En unas jornadas en Cataluña, donde vino una empresa a explicarlo, decían que para poder tener esto la aplicación de gestión no era una aplicación de notas, sino que era un escritorio que el profesor preparaba y que cada alumno a principio de cada día tenía sus propias tareas a desarrollar. Había tareas en equipo, y tareas individuales. Es posible personalizar en educación.
¿Cómo se tendría que enseñar en el uso de la tecnología?
Los chicos y chicas tienen mucha destreza en la hora de utilizar un dispositivo móvil, pero esto no implica que sean competentes. Pueden ir más rápido que tú, pero para que la tecnología se convierta en una herramienta productiva, necesitan formación, entender todas las oportunidades de aprendizaje que ofrecen. Trabajar para que la tecnología sea una herramienta y los ayude a ser competentes.
Actualmente la tecnología es una herramienta que se trabaja de manera transversal al currículum. La tecnología no tiene un papel por ella misma, sino que tiene un papel como herramienta de trabajo, es muy útil para trabajar diferentes contenidos de diferentes asignaturas.
Evidentemente, tenemos que enseñar a los alumnos a buscar información. Pero no solo a buscarla, sino a distinguir si esta información es fiable o no. Y después trabajar esta información y convertirla en conocimiento; porque el exceso de información se convierte fácilmente en desinformación. Este conocimiento lo tienen que saber comunicar y trabajar de forma cooperativa. En este punto, la tecnología nos deja hacer todas estas cosas.
A partir del 2012-2013 las administraciones a nivel mundial han desarrollado las competencias básicas en el uso de la tecnología. La Comisión Europea ha sacado su definición de lo que es la competencia básica digital. Todas las administraciones autonómicas de educación en España han cogido la definición de la competencia digital de la Comisión Europea; todas menos Cataluña.
Se habla de 4 ámbitos competenciales:
Utilización de aplicaciones y dispositivos. Lo que siempre se había denominado TIC, el 2014 pasa a decirse TAC (tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento). No tenemos que preparar solo a los niños en la escuela para el futuro profesional. Necesitamos personas que mejoren el mundo en que vivimos, que tengan ideas. Si no los hacemos pensar, esto no es posible. Los niños no tienen que utilizar la tecnología ahora solo porque en un futuro la necesitarán en el trabajo, sino también para aprender a pensar de forma eficiente.
Acceso a la información, el espíritu crítico. Hacerse preguntas sobre la fiabilidad de la fuente. Ahora que vivimos una gran democratización de la información y cualquier persona puede opinar y publicar, es importante verificar la fiabilidad. Cómo podemos desarrollar el espíritu crítico de los niños ante las fake news para que los niños no sean manipulados, tengan un criterio y sepan encontrar información fiable? Es imprescindible formarlos porque ahora los Media están llevando la opinión de la gente hacia donde quieren. La gente se deja llevar.
Utilizar estas herramientas como herramientas colaborativas. Es bueno que los alumnos tengan la competencia de compartir y generar conocimiento.
Competencia de comunicar. Además de generar el conocimiento, el alumno tiene que saberlo comunicar.
Los niños tienen que utilizar la tecnología para el futuro y para aprender a pensar de forma eficiente
Hay una rama que es importantísima: la ciudadanía digital y la ética que la Comisión Europea nombra “seguridad” y “protección”. Pero creo que es una barrera muy pasiva. Cuando los alumnos están conectados a internet, por ejemplo, tienen que poner en marcha una serie de actitudes importantes como el respeto. Tienen que saber valorar críticamente lo que están buscando; no solo es protección, es saber utilizar las herramientas y saber por qué lo hacemos. En general, esto no se está trabajando.
Otro punto importante es la acreditación en competencia digital del profesorado. Para que un profesor sea competente digitalmente, además de demostrar habilidad en el uso de dispositivos, tiene que ser capaz de hacer una reflexión crítica sobre cómo la tecnología puede favorecer el aprendizaje de sus alumnos y su crecimiento.
¿Cómo tiene que ser la educación en la era digital?
La utilización de las herramientas tecnológicas tiene también efectos secundarios, no es neutra. Ahora mismo Jean Twenge, psicóloga en la Universidad de San Diego, está estudiando la generación iGen. Para Twenge, los niños y niñas que han nacido a partir del 95 tienen patrones de desarrollo muy diferentes al resto de generaciones. La manera como viven los jóvenes ahora viene determinada por la manera que se relacionan con la tecnología. Los iGen han vivido siempre con tecnología, desde el minuto 0 de su nacimiento. Los índices de alcoholismo han bajado, las relaciones sexuales esporádicas y los embarazos de menores de edad han bajado también. Pero todo esto es producido porque es gente que no se relaciona, gente que no sale con los amigos, que se quedan en casa aislados. Prefieren la relación con su dispositivo que frente a frente. Esto está llevando a un desencadenante: es una generación hiper depresiva, con índice de ansiedad y de angustia muy altos.
De alguna manera tenemos que estudiar a nivel de sociedad, cuáles son los límites que ponemos en la tecnología. Sobre todo cuando los niños y niñas son menores de edad y están en su proceso de educación. A Korea hace tiempo que está legislado el número de horas que pueden pasar los jóvenes conectados al dispositivo. En China también acaba de salir una ley que limita las horas de conexión durante la semana y los fines de semana. Los padres son los responsables y si no se cumple esto, pueden ponerles una multa e incluso, ir a juicio y a prisión.
Tenemos que estudiar cómo la tecnología está transformando la vida de los jóvenes y la sociedad y cuáles son los límites que ponemos
Un estudio de los EE. UU. del 2015 decía que los teenagers de los EE. UU. pasaban 9 horas diarias conectados, sin contar los dispositivos que utilizaban en el ámbito escolar. Todo lo que hacían, todo era con un dispositivo. Como el uso de la tecnología está transformando la vida de los jóvenes y la sociedad se tiene que estudiar.
El mensaje seria: tecnología, máxima porque aportará mucho, pero siempre con una intencionalidad. Si tienes una intencionalidad educativa, tiene que haber alguien que guíe al joven: que utilice tecnología para hacer una tarea, y cuando lo acabe, que deje del dispositivo. Si en casa se tiene que utilizar, la herramienta tiene que estar controlada por los padres. Estos chicos y chicas están inmersos en este mundo tecnológico, y no podemos ir a contracorriente, no lo podemos evitar. Pero como mínimo no lo potenciemos. Hay una serie de efectos secundarios sobre los niños que son muy importantes de estudiar.
Para terminar…
Creo en un uso razonable y reflexivo de la tecnología. Con soluciones sostenibles y apropiadas, democráticas y gratuitas al alcance de todo el mundo. Creo que nuestros alumnos tienen que ser competentes digitalmente, pero también tienen que ser buenos pensadores críticos para hacer un buen uso.
La tecnología en educación tiene que permitir humanizar la educación. Dar a cada cual lo que necesita. Facilitar la igualdad de oportunidades, como decía un profesor dar más al que más necesita.
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