por Jordi Viladrosa i Clua
Me complace compartir con Paulo Cosín este espacio de diálogo en formato entrevista que Impuls Educació ofrece a sus lectores. El actual director de la editorial de Ediciones Morata es un emprendedor ilustrado con un compromiso profesional indiscutible. El libro que ha motivado este encuentro es “Para qué Leer. Fomentar la lectura en jóvenes y adolescentes”. Un reto tan necesario como complejo.
Afirmas que hay que provocar el deseo de leer porque “quien no tiene la oportunidad de conocer el interés que puede tener la lectura, nunca será lector”. ¿Es suficientemente provocativo un plan de fomento de la lectura? ¿Por qué no da mejores resultados?
Serían suficientemente provocativos si partieran del interés del futuro lector, para ello hay que comenzar desde las inquietudes de los alumnos, crear diálogos, debates, contar experiencias y al tiempo persuadir de que la lectura es buena para ellos y una herramienta exclusiva. Y que supone vencer un esfuerzo, y sin motivación no se superará ese esfuerzo que en el inicio siempre es mayor.
La lectura supone vencer un esfuerzo, y sin motivación no se superará ese esfuerzo que en el inicio siempre es mayor
La lectura como entretenimiento o por evasión tiene mucha competencia en la actualidad. Además, sostienes que eso la haría incompleta. ¿Qué alternativas propones? ¿Cómo se consigue leer voluntariamente, sobre todo cuando no se quiere leer?
Planteo llegar a la lectura, pero no directamente desde la lectura, hay varios ejemplos en el libro, uno de ellos es el audiovisual, también propongo proyectos del alumno como investigador.
Los resultados de las pruebas PISA alertan del estancamiento de los resultados de comprensión lectora en los alumnos españoles de 15 años. ¿Cómo podemos dialogar o debatir sobre una lectura compartida si no se ha comprendido adecuadamente lo que se ha leído? ¿Qué papel juega aquí la lectura como aliada del pensamiento crítico?
La comprensión lectora se contrasta y enriquece cuando se comparte, al tiempo que se aprende a respetar al otro. Pueden surgir temas interesantes de una interpretación diferente de un texto, o se pone de manifiesto la coherencia de los argumentos, de las acciones y emociones de los personajes. Es común el uso de palabras de las que hemos asumido un significado y/o de las que desconocemos los matices, cuando compartimos o dialogamos sobre las lecturas es cuando se contrasta el significado o se enriquece con los matices.
La comprensión lectora se contrasta y enriquece cuando se comparte, al tiempo que se aprende a respetar al otro
Nuestros adolescentes están absorbidos por las redes sociales, los “youtubers” y las series de televisión. En tu libro “Para qué Leer” aseguras que “no se trata de competir con estas múltiples formas de entretenimiento” porque la lectura tiene muchas otras funciones. ¿Nos podrías explicar algunas de las funciones que te parecen más interesantes? Si no hay que competir, ¿qué otra opción es factible?
En los talleres que imparto vemos un pequeño vídeo que les enseña que los directores de las películas nos muestran una parte del relato y que cuantos más elementos audiovisuales haya más condicionados estamos a interpretar lo que sucede influenciados por lo que vemos, escuchamos, etc. Así van comprendiendo que con la lectura serán menos influenciables y más reflexivos. Las emociones que experimentamos son más profundas que intensas y esto nos lleva a un diálogo más reflexivo, y al desarrollo del pensamiento crítico pues tenemos más tiempo para advertir la falta de coherencia.
El “para qué” antes que el “por qué”. Esa es tu apuesta, me parece. ¿Lo hemos hecho mal hasta ahora? ¿Dónde está el quid de la cuestión?
La diferencia entre plantearse la lectura a través de un por qué a un para qué es pasar de un fin cualitativo (comprender, aprender) a un fin existencial que busca el sentido de ser de cada persona y de esta en su comunidad. Y no es necesario encontrarlo, sino estar en un proceso de búsqueda continuo, quien está en ese proceso de búsqueda deseará encontrarlo y descubrirá que leer es una de las mejores maneras. Esto es muy importante en la adolescencia. Ese es el quid de la cuestión, ¿qué me hace diferente?
Estoy ahora delante de un editor comprometido hasta tal punto que acaba de publicar “La emoción de Leer”, un complemento necesario de “Para qué Leer”. Apuntas que leer no solo nos hace más humanos, sino que facilita que comprendamos mejor nuestro mundo emocional. Permíteme que utilice tu pregunta más recurrente, ¿para qué?
La comprensión de nuestro mundo emocional y la madurez a la que nos lleva nos conduce a acciones más sabias que beneficiaran nuestro bienestar. Si nos sentimos culpables o nos tenemos ira y no comprendemos el sentido que esto tiene, lo más probable es que la forma en la que actuemos nos generará malestar.
La comprensión de nuestro mundo emocional nos conduce a acciones más sabias que beneficiaran nuestro bienestar
Me ha parecido entender que aconsejas que hay que dejar que los adolescentes lean lo que les apetezca mientras lean, sin que importe demasiado qué leen. ¿Esto no sería defender que cualquier libro es un buen libro? ¿Cómo estás tan seguro de que cualquier lectura permite comprender y dar sentido a nuestras emociones?
Defiendo también la lectura obligatoria en la escuela, también que hay una oferta muy amplia como para que los alumnos puedan elegir, y por último que el objetivo final como educadores es que descubran la lectura libre y voluntaria, y que adquieran el hábito.
En toda relación se produce una emoción, y que comunicamos de una u otra manera (a veces con un simple gesto); la lectura es un proceso de relación y, por tanto, toda lectura tiene asociada una emoción. La dificultad está en el proceso de honrar esa emoción y compartirla.
La lectura es un proceso de relación y por tanto toda lectura tiene asociada una emoción, la dificultad está en compartirla
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