
Mariana Morales es consultora educativa independiente para instituciones y centros educativos en España y Sudamérica, y es especialista en evaluación formativa. Es Licenciada en Filosofía y Letras (Filología) por la Universidad Autónoma de Madrid. Participa como docente en cursos universitarios de postgrado en diversas instituciones públicas y privadas. Actualmente, es profesora en el curso de experto en Metodologías Fundamentadas para la educación STEAM de la Universidad de Valladolid. Ha intervenido en más de 100 centros educativos, acompañando regularmente a los docentes en el desarrollo profesional, incluyendo estrategias de observación de aula.
“La observación de aula” es un acercamiento práctico a la observación de clases, especialmente a la observación entre iguales, y el tipo de decisiones que se toman, desde la mentalidad de crecimiento y con el objetivo de alcanzar retos de mejora educativa para el alumnado.
por Jordi Viladrosa i Clua
Observar qué ocurre en una sesión de clase o en varias, de forma sistemática, de acuerdo con un procedimiento preestablecido y con una finalidad específica, ha sido utilizado en muchas ocasiones en la mayor parte de los sistemas educativos. La observación del profesor en el aula ha sido y es un método de evaluación de la función docente, es decir, un enfoque sumativo de la evaluación. En cambio, Mariana Morales, en esta obra, aporta múltiples argumentos y ejemplos para descubrir el potencial que tiene la observación como método de aprendizaje para los docentes y, por extensión, para la mejora de su práctica profesional.
En este trabajo, el enfoque pasa de ser individual a otro colectivo. Se pretende crear las condiciones para que sea posible la colaboración entre docentes, la reflexión sobre la práctica y establecer confianza suficiente entre observador y observado para sacar mejoras sustanciales para el ejercicio de la docencia. Sin embargo, la observación entre iguales requiere un cambio cultural significativo en la organización educativa y en cada uno de los profesionales implicados.
La observación entre iguales requiere un cambio cultural en la organización educativa y en los profesionales implicados
La voluntad de la autora es poner a disposición de cualquier persona que trabaje en el sector educativo un buen puñado de estrategias y técnicas de la observación del aula. En el primer capítulo expone las finalidades de la observación, que pueden servir tanto para la rendición de cuentas como para el crecimiento profesional. En el segundo capítulo se explican detalladamente seis escenarios para llevar a cabo la observación de aula. El capítulo tres es el núcleo de este libro y se centra en la observación entre iguales: la preparación, la observación en sí misma y la posterior entrevista. En el capítulo cuatro se plantea la observación de clases desde la perspectiva del desarrollo profesional docente. Por último, en el apéndice, encontramos diversas propuestas prácticas para la reflexión y la acción.
Observar para mejorar
Cuando nos proponemos observar a un docente en su aula mientras da clase, lo primero que nos viene a la cabeza es en qué deberíamos fijarnos. Las competencias docentes que prevé la LOMLOE en el artículo 91, o las recogidas por la OCDE en un informe que data de 2013, son estándares o descriptores que no siempre son sencillos de observar en un aula. O que diferentes observadores podrían sacar resultados distintos. El contexto y la actualización pedagógica son elementos importantes a tener en cuenta en cada momento.
El contexto y la actualización pedagógica son elementos importantes a tener en cuenta en cada momento
El debate se encuentra entre dos tendencias opuestas: un enfoque centrado en la rendición de cuentas o el empoderamiento de las comunidades profesionales de aprendizaje. El primero comporta centrarse en personas de forma individualizada y cuantitativa, y el segundo se encuentra en el marco del desarrollo profesional docente basado en la práctica reflexiva entre iguales, generalmente.
Seis escenarios para la observación de clases
Directa o indirectamente, todo lo que ocurre en un centro educativo es susceptible de ser observado por alguien. Que esto se haga de forma intencionada o sistemática ya es otra cosa. Mariana Morales nos plantea seis escenarios:
- La observación de los espacios comunes: el comedor y el patio escolar
- La observación informal
- La observación del profesorado principiante
- La observación de clases
- La observación experta
- La observación desde el punto de vista de los alumnos
Sin embargo, en todos los casos hay que tener en cuenta las dificultades personales y organizativas que siempre existen y la formación que deben tener las personas encargadas de llevar a cabo las observaciones. La preparación previa, lo que se observará el día previsto y el “feedback” posterior son aspectos importantes a los que es necesario dedicar tanto esfuerzo como haga falta.
Guía para la observación entre iguales
Morales considera que la observación formal entre iguales merece una atención específica por su “alto potencial para el empoderamiento del profesional de la docencia”, tanto si nos referimos a quien es observado como al observador. El objetivo es generar un diálogo reflexivo que permita aprender el uno del otro.
El objetivo es generar un diálogo reflexivo que permita aprender tanto al observado como al observador
Antes de llevar a cabo la observación, será necesario compartir la finalidad, enfocada en el crecimiento profesional. En segundo lugar, para que no sea una práctica solo basada en la buena voluntad, la institución deberá facilitar las estructuras que lo hagan posible sin que haya obstáculos organizativos insalvables. El tercer punto se basa en generar confianza, pactar los detalles y el foco de la observación. Durante esta, será imprescindible que el observado tenga planificada su sesión para poder llevarla a cabo con naturalidad y que haya pactado con el observador todo aquello que lleve a obtener datos que serán útiles en la tercera fase. Tras la observación, en un clima de confidencialidad, se preparará la reunión y, llegado el momento, compartirán las oportunas reflexiones, centradas en los hechos. Se trata más de escuchar que de hablar, plantear preguntas que inviten a la reflexión y proponer alternativas.
Se trata más de escuchar que de hablar, plantear preguntas que inviten a la reflexión y proponer alternativas
La observación en los procesos de desarrollo profesional docente
La autora de este libro sugiere dos marcos de acción: la formación permanente y las comunidades de aprendizaje. En el primer caso, debería rediseñarse el contenido de las formaciones para que incorporen las observaciones de aula. En el segundo, serían útiles los portafolios profesionales, individuales y de equipo.
El modelo predominante de formación permanente se basa en cursos o seminarios presenciales que tienen el inconveniente de la transferencia de los conocimientos aprendidos a la realidad cotidiana del aula. En cambio, se daría un paso significativo si se incorporara la observación de aula en el momento en que se pone en práctica el contenido del curso, con intervención del formador, que es quien debería proporcionar el “feedback” oportuno. A criterio de la autora, la mejora del trabajo en equipo del profesorado es el paso previo a la puesta en funcionamiento de una comunidad profesional de aprendizaje.
Nos encontramos, en definitiva, ante un instrumento que puede ser muy útil para reflexionar sobre la propia práctica docente y que permite la transferencia de unos profesionales a otros, a la vez que promueve la colaboración entre ellos y entre los centros escolares. Porqué, al final, el objetivo siempre es la mejora educativa de los alumnos.
Para más información podéis consultar: https://evaluaryaprender.com